¿Existen los tumores vegetales? 

09.12.2018

En el mundo vegetal podemos encontrar, al igual que en el animal, hormonas con funciones fisiológicas determinadas, como pueden ser la defensa de la planta, la tolerancia a estrés ambiental o aquellas involucradas en el crecimiento y desarrollo. En este sentido, las dos principales hormonas relacionadas con el crecimiento vegetal son las auxinas y las citoquininas, de cuyas concentraciones en tejidos concretos de la planta depende el correcto aumento de tamaño de la misma.

En algunos casos, los balances equilibrados de estas fitohormonas se ven modificados como consecuencia del ataque de algún organismo patógeno o plaga, en ese momento se produce el crecimiento desmesurado de algún tejido vegetal formando tumores o agallas. Esto se debe a una descontrolada división y aumento de volumen celular, como consecuencia de la acción dirigida de estos organismos, que incluyen, virus, bacterias, hongos, nemátodos, insectos y ácaros. Estos tumores o agallas pueden incluso formarse simplemente por el roce continuado de dos hojas entre sí por la acción del viento.


¿Quienes lo producen  ?

Las bacterias

En el caso de las bacterias, el tumor vegetal más conocido es el formado por Agrobacterium tumefaciens, en el cuello de las plantas (entre el tallo y las raíces), y se denominan como agallas en corona. Una vez que la bacteria penetra en los tejidos vegetales, a través de heridas o aberturas naturales, infecta sus células mediante la introducción de un pequeño fragmento de su material genético, que se integra en el propio genoma vegetal. Dicho fragmento posee información para la síntesis de las fitohormonas.

Esto provoca que las células infectadas comiencen a producir auxinas y citoquininas de forma muy elevada, causando el crecimiento y división descontrolada en la región del cuello. Además de los genes que codifican para la síntesis de estas hormonas, el pequeño fragmento genético bacteriano presenta otros genes que le van a obligar a la planta a que sintetice unos aminoácidos, llamados opinas, para alimentar de forma específica a las bacterias.

Este tipo de infección bacteriana es utilizada en biotecnología vegetal para la transformación de gran cantidad de cultivos, ya que introduciendo un gen de interés en la bacteria se logra la incorporación del mismo en el genoma de la planta luego de ocurrida la infección.

Existen otras bacterias formadoras de tumores vegetales, como es el caso de Pseudomonas savastanoi, microorganismo causante de la tuberculosis del olivo, caracterizado por la gran cantidad de tumores que presentan las ramas del árbol enfermo. Curiosamente, esta enfermedad se trasmite a través de los excrementos infectados con la bacteria de la mosca del olivo, Bactrocera oleae. 

Los hongos

También hay hongos capaces de formar estas deformaciones tumorales en las plantas, este el caso de Taphrina deformans, causante de la abolladura o lepra de las hojas de árboles del género Prunus, como almendros, melocotoneros o cerezos, caracterizada por abultamientos foliares de colores rojizos.

Los nematodos

Más extendido aún es el caso de los nematodos formadores de agallas o tumores en las raíces de las plantas, por individuos del género Meloidogyne. Estos nematodos afectan a gran cantidad de cultivos diferentes en todo el mundo.

En primer lugar, el nematodo penetra en las raíces hasta el haz vascular de la planta (conductos que transportan el agua y los productos de la fotosíntesis), en ese momento elige una célula concreta, en la cual introduce su estilete (como si fuera un punzón). A partir de ahí, los compuestos de su saliva harán que esa célula se transforme en las denominadas "células gigantes", ya que crecen de forma desmesurada aumentando su metabolismo y número de núcleos, pero sin llegar a dividirse. De esta forma, el nematodo ha formado para sí mismo una fuente inagotable de alimento.

Instituto de Educación Superior Simón Bolívar
Profesorado de Biología
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